viernes, marzo 30, 2012

El mapa del cielo

Hoy empieza la Semana Santa, especialmente en lo que hace a su faceta de tráfico y ocio. A partir de esta tarde miles de personas saldrán corriendo hacia lugares de descanso, ocio y relax, con afán de procesionar, comer las viandas locales o, en casi todos los casos, descansar un poco. Como es habitual el tiempo empezará a inestabilizarse a medida que más personas puedan verse perjudicadas por él, y es que a Murphy siempre le ha gustado el asunto ese de las procesiones y las carreras de cofrades bajo la lluvia, otra arraigada tradición.

Yo la semana que viene seguiré por aquí, trabajando y escribiendo, pero como muchos se van ya estuve anoche pensando si escribir una entrada con recomendaciones de lectura para este tiempo, y me venían tantos títulos a la cabeza que no daba abasto con un solo artículo. Para condensar opté por hablarles y recomendarles un solo libro, que como es voluminoso vale por varios. Se trata de la novela
El mapa del Cielo, del escritor Felix J Palma, que yo leí, mejor devoré, hace unas tres semanas. Supone el segundo ejercicio de una trilogía que el autor dedica a la figura del escritor de ciencia ficción HG Wells, homenajeando algunas de sus más famosas novelas, siendo el propio Wells el involuntario protagonista de las tramas que se relatan, todas ellas situadas en un Londres victoriano de finales del siglo XIX, en el que puede pasar de todo. En la primera de ellas, El mapa del tiempo, el argumento se centra en los viajes temporales, que fueron popularizados por la novela originaria de Wells “La máquina del tiempo”, mientras que la tercera, aún sin publicarse, se dedicará al fenómeno de la invisibilidad, que también desarrolló Wells en su obra “El hombre invisible”. La que se sitúa en medio, de al que hoy les hablo, se centra en las invasiones alienígenas, y el hilo conductor de la misma es quizás la mejor novela de Wells y la más famosa, “La guerra de los mundos” que gracias a sus versiones radiadas y cinematográficas ha trascendido el papel y se ha convertido en una obra de carácter universal. La primera de las novelas la leí hace un par de años, y me resulto atractiva, ingeniosa y muy interesante, pero esta segunda me parece, sencillamente, perfecta. Dotada de varios giros argumentales, de escenario y de situación temporal, la trama nos habla de una joven de la alta clase norteamericana que a nadie aprecia y respeta, y que el único síntoma de ternura que muestra es la conservación del mapa del cielo, un grabado que hizo su fantasioso abuelo sobre unos mundos imaginarios que rodeaban la tierra. Se suceden los pretendientes ante al joven, y todos fracasan, hasta que uno, que ya era protagonista en la primera novela, trata de seducir a la joven ideando un plan en el que necesita la ayuda de Wells, con la idea de recrear en la campiña inglesa la escena del desembarco de las naves extraterrestres que el escritor ideo en su novela, publicada hace muy pocos años en el contexto de la obra. A partir de ahí, y en realidad mucho antes que todo eso, la cosa se complica de una manera formidable, y la novela engarza de manera continua un conjunto de escenas de amor, ciencia ficción, terror e intriga que hacen imposible separarse del libro. Se maldice el avance del reloj, implacable mientras uno devora las páginas, que le llama a hacer otras cosas, o salir del autobús en el que viaja, o cenar, impidiendo que la trama siga ante sus ojos. No pude evitar bajarme del autobús, claro está, pero sí me salté una cena y otras cosas más ante lo que se desarrollaba en mi mente leyendo una trama que me enganchó como desde hacía tiempo no sucedía.

Compendio de aventuras, reflexión y ciencia ficción, El mapa del cielo es una novela que puede ser disfrutada sin conocer casi nada de la obra de Wells o del contexto de la época. Puede interpretarse como un relato de evasión, objetivo que cumple sobradamente, como un homenaje de los fanáticos del género a un autor que, junto a Verne, se puede decir que lo fundó, o como una reflexión de hasta que punto los sueños se pueden convertir en pesadillas. Además la edición es, por una vez, tan bonita como el contenido, y el diseño de la portada llama es todo un poema a la imaginación y la ciencia ficción. No lo duden, si quieren apasionarse como cuando aún tenían ilusión, o no la han perdido todavía, esta es su novela.

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